sábado, 29 de septiembre de 2012

All'alba vincerò!


Muy buenas a tod@s. Todavía sigo por aquí pero como siempre, estaba esperando un momento especial para volver a escribir. Y la verdad es que ocasiones no han faltado, pero quizá ha caído la gota que colmó el vaso.

Otro día contaré cómo me ha cambiado la vida desde que estoy trabajando, desde que caí en las garras de "How I met your mother" y el "suit up". Otro día hablaré de la despedida a la francesa de Espe y la llegada de Ignacio González (porque que nadie se piense que esto va a ir a mejor) o del pufo que nos deja la lideresa con Eurovegas y Bankia. También podría hablar de algún viaje, de que por fin bajé de los 49' en los 10km... Pero hoy es hoy y voy a hablar de las injusticias y más cuando recaen en personas más cercanas a mí. 

Ayer leyendo uno de los mil artículos sobre las manifestaciones de hace unos días (más que nada porque si lees sólo uno no te enteras de la misa la mitad) caí en la cuenta por la descripción que uno de los detenidos es amigo mío. Uno de esos salvajes que según algunos medios atacaron a la policía despiadadamente al intentar asaltar el Congreso a sangre y fuego y que debería pasarse que menos que media vida en la cárcel por haber intentado derrocar el Estado democrático elegido por todos nosotros. Pues ese salvaje, que lo único que hacía era caminar de espaldas a la policía por el Paseo del Prado dirección a Atocha con una chica de camino a su casa (la misma ruta que hice yo un par de horas antes), acabó teniendo que recibir puntos en la cabeza porque un justo y noble antidisturbio se cruzó en su camino. 

Reducido, detenido y tras pasar por el hospital y comisaría, conducido a los juzgados. El atestado policial tiene pinta de parecerse a un telediario de Telemadrid. Yo os digo que este chico es tipo con inquietudes sociales, pacífico, dialogante, comprometido... y muy muy paciente (no muchos me aguantan tres o cuatro horas hablando de política... vamos, todo un crack). 

Después de sucesos como éste lo único que puedo decir es que me han dado un motivo más para volver a salir a la calle a manifestarme. Porque es nuestra lucha y nuestro deber para con nosotros y los que vienen por detrás. Porque a diferencia de ellos, defendemos emociones también y no sólo números y entidades sin rostro pero si con voz. 

Acabo de ver que a media tarde el tiempo mejora. sale el sol y todo. Hoy me apetece dar una vuelta por el centro...




Cierro con la pasión, elemento inquebrantable que refuerza la voluntad de dar un paso más.

Como Calaf tengo la certeza de que "All'alba vincerò, vincerò, vincerò!"




No hay comentarios:

Publicar un comentario