domingo, 7 de noviembre de 2010

Un pequeño Tacheles en Madrid

Tacheles ha sido durante 20 años un referente en el movimiento okupa, cultural alternativo y de autosugestión berlinés y porque no europeo. Fundado tras la caída del muro, los artistas poblaron sus estancias para darles vida. Hasta cuando no se sabe porque las presiones de los bancos son grandes y la incertidumbre sobre su futuro es grande.

Sin embargo el espíritu y modelo de la casa alemana se propaga y desde hace un tiempo, Madrid cuenta con un pequeño Tacheles, La Tabacalera. La verdad es que nunca había estado hasta ayer y me quede sorprendido. Una experiencia digamos que inusual. Siempre he pensado que parte del movimiento okupa se dedicaba simplemente a colarse en casas vacías o edificios abandonados para habitar en ellos, lo que no me parece mal del todo pero tampoco lo apoyo. Y ayer descubrí mi error y lo que puede aportar este movimiento. La antigua Real Fábrica de Tabaco era un edificio en ruinas desde hace décadas, con promesas y proyectos de rehabilitar el edificio y destinarlo al Museo de las Artes Visuales. Estudio enfrente de este edificio y la valla de obra, que mostraba un presupuesto millonario para la edificación, ha desaparecido con los años. El edificio histórico lloraba por su desuso. Unas instalaciones enormes y sin dotación, algo sorprendente en la capital (ironia).

Como he dicho antes, ayer me acerque con David, que todo sea dicho, conoce La Tabacalera como su casa. El edificio esta en semi ruina. Una entrada escalonada con carteles de todo tipo y colores, con señales y normas que hay que respetar dentro de las instalaciones para un mejor funcionamiento del centro. En el patio cubierto una barra de bar y un espectáculo sonoro de dudoso gusto (esto es una nota personal). Pero según bajas por una siniestra rampa entras en un museo urbano. Exposición de pintura, proyecciones de cine mudo, esculturas, talleres de todo tipo. Algo inesperado. El patio exterior es enorme. Mientras algunos hacen una barbacoa y otros están sentados charlando mientras esperan el rancho. La comunidad africana sentada en grupo en sillas de terraza dialoga y ríe mientras un padre con un niño que no alcanza los 6 años juegan al fútbol con un balón de plástico cerca de la huerta."¡A las 8 circo!" y allá que fuimos. Una hora de espectáculo de tres genios del humor. La verdad es que estaba muy bien montado el show, con escenario propio de la compañía, con humo para los momentos cumbre y con un publico entregado, lleno de niños en las primeras filas y padres y chavales riendo y aplaudiendo como en la mejor obra teatral del momento. Al final cubo para colaborar con La Tabacalera, para su mantenimiento y como dijo un hombre del publico en el típico silencio en el que solo se escucha una voz,"para que sigan los artistas y el espectáculo". Y es verdad, por esto merece la pena pagar. En lugar de cenar por ahí, ayer disfrute de un espectáculo de calidad y eso tiene un precio si quiero volver dentro de un mes y seguir disfrutando de este centro. En fin, subimos nuevamente y descubrí una sala especial. Aunque a David no le gusta mucho, por su ambiente, a mi me fascino. En la puerta un cartel indicando como norma principal el silencio. Dentro, una veintena de personas sentadas en sofás, sillas, en un par de puf, escuchando soul de los años 20. ¡ Increíble! Tras terminar la melodía, uno de ellos se levanto de su asiento y armado de unos apuntes con letra minúscula, compartió con el resto vida y obra del autor. Estaba maravillado pero la sala estaba llena y David fuera así que me fui con ganas de volver otro día.

Pensándolo detenidamente, la realización de actividades comunitarias sin necesidad de una entidad privada o un gobierno lejano es la forma de llegar al publico más directamente. Si las Juntas de Distrito no fueran tan rígidas y tuvieran algo mas de financiación y ganas de participar en iniciativas de este tipo... Pero no es así y con "Espe" menos.

Mientras tanto volveré a La Tabacalera y seguiré preparando una escapada a Berlín y por qué no en visitar Tacheles.

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