miércoles, 9 de noviembre de 2011

Bitácora I



Ufff, el regreso de las vacaciones ha sido más duro de lo esperado. Ha pasado ya casi una semana y sigo hecho polvo. Creo que necesito otras, jeje. De todas formas, no podrían igualar la espectacular llegada a Berlín...


VIPs alemanes sociabilizando entre champagne y pretzels
Después del fantástico recibimiento en Villarubia por parte de Bea y Miri (las dos rubias que han hecho que me lo haya pasado genial en este viaje), concierto en la Philharmonie dirigido por Barenboim. Y como invitados de renombre, además de contar con mi presencia, también se dejó ver por allí una tal Angela Merkel... sí, leéis bien. La mujer más "querida" de Europa estaba en el mismo concierto que un servidor. Claro que estoy seguro que ella no tuvo que pasar los tres controles de seguridad, ni hacer mimo con los guardias después de pitar en el arco (para más explicaciones, en persona, que es muy lamentable). En fin, digamos que entre el público, había clases y Clases, y luego estaba yo. Y si no mirad la foto aneja... Al menos pude hablar con las azafatas del evento, que eran mucho más majas que los de seguridad ;)


¡¡¡La rubia es amiga mía, la rubia es amiga mía!!!
El comienzo del concierto vino acompañado de una mirada de killer del director argentino hacia alguien que estaba haciendo fotos. Yo, que me encontraba en la misma línea de su mirada y que tenía la cámara en la mano, me di por aludido y la guardé (aunque juraría que la mirada iba por alguien que estaba tras de mí). Después de ese pequeño y desafortunado momento, conciertazo de manos de la Opera de Berlín y entre todos, de la rubia de espaldas que destaca en la foto de la izquierda. No dejo de alucinar ni un día con la niña esta... Tan pronto está en tocando con una de las orquestas más importantes del mundo como está haciendo magdalenas para un regimiento (y el regimiento se las come felizmente como no podía ser de otra forma, jeje). A todo esto, hablando del concierto, Barenboim acabó saliendo sólo tropecientasmil veces al escenario tras acabar la música (y hasta los aplausos diría yo). Después éste se fue, Merkel se fue y yo hice lo propio. Cerveza en la cantina de la Philharmonie con algunos músicos españoles desterrados a aquellas tierras y para casa. 


Cenita y risas con Bea y Miri para acabar el día. De ahí a la cama, que al día siguiente me esperaba un largo día. Partía para Leipzig.




4 comentarios:

  1. Pero ligaste o no ligaste que eso es lo que nos importa...

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  2. jo...para la proxima me pido ir a la Philharmonie!!! Gracias por todo!! A ti, a la rubia y al medico...jijiji

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  3. Venga vale, la próxima vez a la Philharmonie... pero porque eres tú, jajaja. Gracias a ti y a Cris!!!

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